¿Qué es el trastorno límite de la personalidad?
La condición de borderline es muy compleja y angustiante. Dolor, ira, confusión, nunca saber cómo me voy a sentir el minuto siguiente. Sentimiento de incomprensión. Nada me da placer. Deseos de morir y quitarme la vida pero incapaz de hacerlo por un sentimiento de culpa por aquellos a quienes dañaría, para luego sentir mucho enojo por ello hasta llegar a cortarse o tomar una sobredosis para deshacerse de estos sentimientos.
El trastorno de la personalidad limítrofe (borderline) es un trastorno que designa numerosas anomalías psicológicas, generalmente detectadas después de los 18 años, y es caracterizado por una variabilidad de las emociones. El rasgo fundamental de una persona con borderline es que no ha sido capaz de aprender a manejar adecuadamente o asimilar el resentimiento hacia eventos difíciles que le han tocado vivir (como abandono, abuso, divorcio de padres, etc.). Esta imposibilidad da lugar a una inestabilidad significativa en las relaciones interpersonales, en la imagen y la identidad de sí, en las emociones y en la impulsividad.
El término “borderline” (que en español se traduce “caso-límite” o “estado-límite”), tiene sus orígenes en hipótesis psicoanalíticas en las cuales el término designa un tipo de frontera entre la “organización neurótica” y la “organización psicótica”. De acuerdo a esta teoría, el trastorno borderline se basaría en la angustia de la pérdida del objeto y se traduciría en una inseguridad interna constante y en actitudes de poner a prueba al entorno de forma incesante.
Las personas que sufren de borderline suelen presentar patrones altamente inestables de relaciones sociales. Desarrollan apegos intensos pero tormentosos con las personas, sus actitudes hacia la familia, amigos y seres queridos puede dar un giro de idealizarlos mediante una gran admiración y amor, a la absoluta descalificación y desprecio, mediante el enojo intenso y el disgusto.
Síntomas principales del trastorno límite de la personalidad.
El trastorno límite de la personalidad afecta como te sientes contigo mismo, cómo te relaciones con los otros y cómo te comportas.
- Un intenso miedo al abandono, incluso se llega a medidas extremas para evitar una separación o un rechazo real o imaginario
- Un patrón notable de relaciones intensas e inestable, como por ejemplo idealizar a alguien un día y de repente creer que la misma persona no es confiable o que es cruel
- Variaciones de carácter constantes, rápidos cambios de identidad e imagen propia, que incluye cambio de metas y valores, al punto de ver a la gente de la que antes confiaba como malas o como si no existieran
- Periodos de estrés relacionados con la paranoia y pérdida de contacto con la realidad, que pueden durar algunos minutos o incluso hora
- Conductas impulsivas y de riesgo, como conducir temerariamente, sexo inseguro, derrochar dinero, abuso de drogas, apostar, comer con atracones, autosabotaje personal o laboral (renunciado sin motivo del trabajo, o rompiendo una relación positiva).
- Conciencia de la conducta destructiva, auto-mutilación, sin embargo incapaz de evitarlo.
- Cambios de humor extremos, que pueden durar horas o días, que incluyen ansiedad intensa, felicidad, irritabilidad o vergüenza por arrepentimiento. (Ver en nuestra página la diferencia con cambios de humor en trastorno de bipolaridad)
- Conducta impulsiva y de riesgo (manejo temerario, sexo sin protección, uso ilegal de drogas)
- Conciencia de la conducta destructiva, auto-mutilación, sin embargo incapaz de evitarlo.
- Cambios de humor extremos.
- Episodios cortos pero intenso de ansiedad o depresión.
- Ira desproporcionada y conducta antagonista, que termina muchas veces en peleas físicas. Por ejemplo perder la paciencia, ser sarcástico o amargo.
- Dificultad en controlar emociones e impulsos.
- Conducta suicida. Amenazas de suicidio o conducta de auto lesionarse, usualmente en respuesta al miedo de una separación o un rechazo, real o imaginario.
- Sentimiento de no se comprendido, de ser ignorado, de estar solo, vacío y desesperanzado.
- Miedo a estar solo.
- Sentimientos de odio y desprecio a sí mismo.
Como tratamiento de estos pacientes se tomará en cuenta, en esta ocasión, la Terapia Cognitiva de Aaron Beck y la Terapia Dialéctica Comportamental de Marsha Linehan.
La Terapia Cognitiva Conductual es una forma de intervención psicoterapéutica en la que destaca la reestructuración cognitiva, la promoción de una alianza terapéutica de cooperación y métodos para el trabajo conductual y emocional. Su hipótesis de trabajo es que los patrones de pensamiento, llamados distorsiones cognitivas tienen efectos adversos sobre las emociones y las conductas, y que, por tanto, su reestructuración por intervención psicoterapéutica y psicoeducativa mejore el estado del paciente.
En el caso de los Boderline, parte de la base de que sus esquemas mentales disfuncionales son determinantes e influyen en el resto de la sintomatología, por lo tanto se pretenderá con la terapia cambiar estos esquemas utilizando las técnicas de modificación cognitiva. Beck y Freeman (1995) proponen seis pasos:
1.- Fomentar una relación de confianza con el paciente. En este paso importa destacar que la relación entre terapeuta y paciente Límite desempeña en la terapia un papel más importante de lo habitual porque muchos de los problemas del paciente se dan en un ámbito interpersonal. Acá se plantea la dificultad de establecer una relación terapéutica cooperativa entre los implicados y lograr que el paciente deposite la confianza en el terapeuta, porque es un componente del mundo que el paciente ve como dañino, pero se comienza por comprender explicita y compartidamente el problema del paciente.
2.- Reducir el pensamiento dicotómico. Es típico en este tipo de trastorno que las cogniciones funcionan de manera categorial, es decir, se valoran las situaciones de manera extrema, blanco o negro y no en base a matices o en una dimensión continua. Beck y Freeman (1995) explican que el trabajo eficaz para reducir el pensamiento dicotómico exige en primer lugar demostrarle al cliente que él piensa de esa manera y convencerle de que le interesa dejar de hacerlo (p. 289). Se muestra directamente al paciente que pensar en un continuo es más realista y adaptativo que hacerlo de manera dicotómica. Para ello se recurre a los ejemplos de su vida y se utiliza el diálogo socrático, para dar cuenta de la inexistencia de pruebas concretas que corroboren sus pensamientos. Con la práctica, el pensamiento dicotómico declinará gradualmente y el paciente irá incorporando el método para cuestionar su propia manera de pensar.
3.- Control creciente de las emociones. Estos pacientes creen que si expresan su malestar hacia otros serán rechazados, por lo cual se trabaja básicamente en demostrarles que sus expresiones no necesariamente tendrán consecuencias negativas. Los autores describen que en esta etapa del tratamiento al ceder el pensamiento dicotómico se evalúa de manera más critica sus propios pensamientos lo que conlleva una disminución de las desequilibradas reacciones del estado de ánimo, porque el paciente comenzará a manifestar sus emociones de manera más adaptativa y asertiva según sea la situación. Se trabaja en la reconceptualización de las emociones, es decir, explicarle al paciente que no es malo, por ejemplo, experimentar rabia, que es un sentimiento humano, sino lo que hay que trabajar es su manera de expresión. Se utilizaran técnicas de dramatización y también cabe la posibilidad de realizar una intervención grupal porque es una oportunidad de trabajar en el control de las emociones in vivo, de manera natural.
4.- Mejorar el control de la impulsividad. Se trabaja con el paciente su capacidad de elegir si actuará o no en base a un impulso, para luego no lamentarse de su conducta. Se interviene en base a la autoobseravación para identificar el impulso antes de actuar, luego se explorarán lo ventajoso de lograr un control de estos impulsos para inhibir la repuesta automática. Consecuentemente, se exploran alternativas y luego se seleccionan las respuestas considerando las expectativas del paciente y lo que puede bloquear una mejor elección de estas repuestas, como los miedos o supuestos que operan a la base. Finalmente, se instrumentaliza la respuesta, se pone en práctica y a prueba en experimentos conductuales.
5.- Fortalecimiento en el sentido de Identidad. Beck y Freeman (1995) escriben que la técnica cognitiva que escoge metas específicas y las aborda de modo activo, genera sentido mas claro de las propias metas, prioridades y logros del paciente (p. 295). Se proporciona retroalimentación a las decisiones y buen comportamiento que vaya adquiriendo el paciente y a si mismo ir evaluando con realismo sus acciones. Si el paciente no logra un buen funcionamiento, es evidente que no se le otorgará una retroalimentación, por lo cual es necesario que el terapeuta tenga una atención minuciosa para atender a los pequeños avances que puedan darse en el paciente.
6.- Abordar los supuestos de base. Se toman las creencias subyacentes del paciente, se definen de manera detallada para luego recurrir a experimentos conductuales para poner a prueba estas creencias. Es de suma importancia tomar en consideración la complejidad de modificar la convicción que el paciente Límite tiene sobre una falla intrínseca que provocará rechazo en su entorno, llevándolo a actuar de manera evitativa para relacionarse íntimamente. Es por ello que es necesario hablar de manera abierta su creencia acerca de sus defectos inaceptables, y que considere el precio que paga por evitar la intimidad. Aquí el terapeuta le proporcionará al paciente su aceptación con empatía, que no será enjuiciado a pesar que se reconocerán de él sus peores defectos. (Beck y Freeman, 1995)
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