LA DIVERSIDAD CULTURAL Y LA EDUCACIÓN
En el mundo escolar, y en buena parte también en el mundo en general (los medios de comunicación, etc.), diversidad cultural se asocia únicamente con dos grupos de alumnos: 1) los inmigrantes, aunque no todos porque pocas personas piensan en un francés un inglés o un canadiense cuando hablan de inmigrantes y 2) los gitanos. Esta diversidad reconocida en el campo de la educación se asocia con los llamados alumnos con necesidades educativas especiales, al darles el mismo tratamiento a todos ellos, la educación compensatoria, y conformando tres grupos de diferencias reconocidas. En otras palabras, en el campo de la educación la diversidad es todo aquello que tiene que
ver con la educación compensatoria.
Frente a esta forma de entender las diferencias proponemos otra que contempla que todos, a nuestra manera, somos diversos cultural y socialmente y que nuestra diversidad es precisamente el motor que nos impulsa a relacionarnos. Pensar de esta forma proporciona una perspectiva nueva para valorar la diversidad y trabajar con ella, así mismo permite aprovechar el enorme potencial que nos proporciona como seres sociales en general, y como agentes del sistema educativo en particular. Para ello vamos a desarrollar nuestra argumentación empleando la perspectiva antropológica, explicitada en la introducción.
El Diccionario de la Real Academia define la palabra diversidad con dos acepciones. La primera de ellas dice: variedad, desemejanza, diferencia. La segunda: abundancia, copia, concurso de varias cosas distintas. Ninguna de estas definiciones nos permite suponer que el concepto “diversidad” unido al adjetivo “cultural” tenga por qué transformarse en el ámbito educativo en una idea que evoca algo así como “alumnos que necesitan un tratamiento especial para ayudarles a alcanzar el mismo nivel que sus
compañeros”.
PROPUESTA PARA TRASLADAR A LAS AULAS EL PLANTEAMIENTO DE
DIVERSIDAD
Las limitaciones de una comunicación, como es esta aportación, no permite el
desarrollo de la propuesta1, pero podemos indicar que se organiza en torno a tres puntos
que deben ser entendidos como tres etapas, cada una de las cuales daría paso a la
siguiente. Son:
1. Descubrir la diversidad
2. Conocer el significado social de las diferencias
3. Comprender el valor social de las diferencias
Descubrir la diversidad es importante por las consecuencias que ésta tiene en la convivencia. Porque la diversidad, como ya hemos dicho, es el material sobre el que se construyen las relaciones humanas: un intercambio se produce cuando alguien tiene algo que uno desea pero no posee y viceversa, por eso la desigualdad, cualquier tipo de desigualdad, impulsa las relaciones sociales. Descubrir la diversidad de nuestro entornosignifica, identificar diferencias para entablar una posible relación, un intercambio; adscribir las diferencias detectadas a una categoría de clasificación, nos permite suponer cómo creemos que la persona que ejerce el papel en cuestión se va a comportar, y también, nos permite ajustar nuestro propio comportamiento al que esperamos del otro.
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