domingo, 26 de junio de 2016

La dispraxia es una condición, generalmente presente en la primera infancia, que afecta las habilidades motoras. De vez en cuando, puede ser causada por traumática cerebro lesión, pero en la mayoría de casos, se desconoce la causa. Afecta a muchos aspectos del desarrollo y el aprendizaje, y en los bebés, una vacilación a gatear, dificultad para aprender a utilizar vasos y utensilios, y los retrasos caminar puede significar los primeros síntomas. Dado que cada niño es único, sin embargo, retrasos en el desarrollo pueden no tenerse en cuenta.
A medida que el niño crece, otros aspectos de esta condición pueden desarrollar. Los niños pueden ser hipersensibles a la ropa o lavarse los dientes o el cabello. La escritura es muy difícil. Las relaciones entre compañeros se atrofian con frecuencia debido a los comportamientos obsesivos o paranoides. Otros niños a menudo señalan a los niños dispráxica en el entorno escolar, que puede conducir a una vida de soledad.
Además, para mantener la atención en el aula es un reto para los enfermos de dispraxia. Más marcada es la tendencia a la torpeza, y la condición era a la vez marcada síndrome del “niño torpe”. Afortunadamente, este término ha sido ampliamente reducido, ya que sólo contribuye al estigma social que estos niños pueden enfrentar.
Dispraxia en adultos puede crear desafíos con actividades y expectativas de todos los días. Conducir es a menudo difícil, y la limpieza y la cocina puede ser exigente, como se puede recordar las citas. Adultos dispráxica también pueden tener dificultad para controlar la afinación y articulación de su voz y son fácilmente mal entendido por los demás. El mantenimiento de un empleo puede ser uno de los más obstáculos fiscales y puede causar una gran frustración y la depresión.
Un diagnóstico temprano de dispraxia es clave para ayudar a niños y adultos a manejar esta condición. Neurólogos diagnosticar esta condición mediante el estudio de desarrollo del niño y de la historia física y mediante la realización de pruebas de aprendizaje. Dado que el problema no significa una falta de inteligencia, los que evolucionan las habilidades de afrontamiento puede ser un gran éxito en el futuro. Las intervenciones tempranas incluyen terapia ocupacional para abordar la coordinación motora, la terapia del habla , y, posiblemente, terapia de juego para los niños, o la terapia tradicional para adultos. La crianza del niño dispráxica requiere una gran dosis de paciencia y comprensión.

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