En un estudio del instituto nacional de salud mental en los Estados
Unidos de América se mencionan treinta y ocho nombres como “daño
cerebral mínimo”, “disfunción cerebral mínima”, “síndrome
hiperquinético”, “alteración del impulso” entre otros.
Daño o disfunción son conceptos que se utilizan de forma indistinta, sin
embargo se considera que existe daño cuando se utiliza algún
procedimiento que evalúa la estructura del sistema nervioso demostrando
lesión anatómica.
Daño cerebral mínimo es un nombre que trata de describir la lesión causal
del cerebro que pudo haber ocurrido en útero, durante el parto o al poco
tiempo de nacido. Cuando no se comprueba, se habla de disfunción.
Clements propuso en 1966 la siguiente definición para la disfunción
mínima cerebral, en una reunión de especialistas convocada para
esclarecer la terminología que permitiera la identificación del síndrome, así
como la posibilidad y validez del diagnóstico:
Se refiere a un cuadro clínico que se presenta en niños o adultos
cuya inteligencia es normal, cercana a lo normal o mayor a lo
normal con trastornos en el aprendizaje, conducta de intensidad variable y desviaciones en el funcionamiento del sistema nervioso
central expresadas como trastornos de la percepción,
conceptualización, lenguaje, memoria, atención, control de
impulsos motores o de la función motora.
Estas alteraciones parecen estar relacionadas con variaciones
genéticas, alteraciones o irregularidades bioquímicas, lesiones
cerebrales perinatales o durante los años críticos para el
desarrollo y madurez del S.N.C. o por causas desconocidas.
(Calderón, 1988, pag.16).
El Síndrome de Disfunción Mínima Cerebral SDMC se da por la
conjunción de ambos. Es un trastorno que sufren quienes muestran una
constelación de signos y síntomas relativos a la conducta y al aprendizaje.
Los procedimientos que permiten comprobarlo se integran con la
exploración psiquiátrica y física, aplicación de pruebas psicológicas,
examen neurológico y electroencefalográfico.
El término “hiperactividad conductual” se ha venido utilizando de manera
más común como diagnóstico en estas personas, y posteriormente se pasó
al de “dificultades de aprendizaje” debido al éxito paradójico de
estimulantes en pacientes cuyo comportamiento parecía necesitar
medicamentos sedantes; también por el desarrollo de modalidades
terapéuticas en el campo de la educación especial y por el fracaso de la
psicoterapia tradicional por sí misma sin apoyo médico especializado.
DIAGNOSTICO
Existe un marco conceptual del SDMC, el cual toma en cuenta que éste
puede ser multifactorial y presentarse en varios grados, y que es
diagnosticable por los factores orgánicos que ejercen una influencia
importante al interactuar con el ambiente y la sociedad, provocando
alteraciones de la subjetividad, de la conducta y del organismo y sus
funciones.
Se dice que el diagnóstico puede ser conductual como otros de carácter
psiquiátrico pero ¿cuáles son los datos que mediante observación y
exploración (signos) así como del interrogatorio (síntomas) se pueden dar?.
Existe un cuadro clínico que comprende los siguientes datos de los cuales
basta con que la mitad sea identificable para dar el diagnóstico de figura/fondo
101
probabilidad del SDMC.
.
• Hiperactividad no situacional.
• Distractibilidad.
• Hiperreactividad a los estímulos
.
• Impulsividad.
• Inconsistencia y conducta impredecible
.
• Dificultad para completar tareas.
• Incoordinación.
• Defectos del lenguaje
.
• Temeridad [incapacidad para advertir el peligro].
• Respuestas inadecuadas al castigo
.
• Rabietas o berrinches.
• Déficits sensoperceptivos.
• Incapacidad para aprender de la experiencia.
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